jueves, 11 de enero de 2007

El juego de los Sims


Esta claro que podemos llegar a educar a través de muchos medios, y entre ellos están los videojuegos. Existen juegos y programas, como pueden ser “Clic”, “hotpotatoes” o el programa “educathyssen” que comentamos en el foro, aportado por nuestras compañeras, que ayudan a los alumnos a aprender de una forma dinámica y entretenida. Desarrollan muchas capacidades y habilidades que les serán totalmente beneficiosas a los niños en su evolución.

http://clic.xtec.net/es/index.htm
http://www.aula21.net/segunda/hotpotatoes.htm

Pero no debemos olvidar, que no todos los juegos están bien adaptados para educar, por lo que debemos tener una cierta atención cuando queramos utilizar estos juegos para educar. Comentamos en clase, a través del video, que el juego de los Sims se acerca a la realidad reproduciéndola tal como es. Esta característica desde nuestro punto de vista puede tener cosas muy buenas, pero también puede llegar a confundir al niño. Esta claro que el alumno desarrollará capacidades, para familiarizarse con las funciones del ordenador, para crear, pero también puede destruir, y dejar que su imaginación actúe libremente.

Que un juego te ofrezca la posibilidad de tomar decisiones, dentro de un marco aparentemente real, puede llevar a confusión del niño. Desde nuestro punto de vista, el hecho de que un niño sueñe a través de un videojuego, y se ponga del lado de los malos, actuando de manera diferente a como lo haría en la vida real, no quiere decir que este niño de mayor vaya a ser ladrón, ni peor persona que el niño que en el videojuego elige el bando de los buenos. Pero si asemejamos tanto la situación de juego a la realidad, el pensamiento del niño puede quedar distorsionado y pensar que los malos o buenos actos no tienen consecuencias. Los juegos muchas veces nos sirven para soñar con lo que no seríamos en la vida real. Con esto queremos expresar que los videojuegos pueden llegar a ser un gran elemento educativo, si se realiza un adaptación previa, igual que no todos los libros son adecuados para aprender.

Por ello lanzamos la pregunta: ¿Los juegos deben seguir siendo válvulas de escape para nuestra imaginación? o ¿debemos transformarlos en elementos educativos?

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