sábado, 9 de junio de 2007

SOMOS CUATRO

Para recordar los componentes del grupo de trabajo, debido a que hubo cambios, pero luego volvimos a ser cuatro otra vez. Somos:

Val Díaz Pescador
Marisé Jiménez Cantero
Mercedes Jiménez Meneses
Silvia Hernandez Gutierrez

Hasta pronto

lunes, 4 de junio de 2007

LOS EFECTOS MOTIVACIONALES DE LAS ACTIVIDADES DOCENTES

La motivación es un factor que se presenta fundamental en el aprendizaje. La actitud del estudiante hacia la adquisición de conocimientos es muy condicionante en este proceso.

La motivación son las ganas que alguien tiene a la hora de aprender algo. Esa motivación puede ser intrínseca, que es la que tienes cuando algo te produce satisfacción por si mismo, y por lo tanto tienes ganas de aprender más y más, un ejemplo puede ser cuando a alguien le gusta tocar un instrumento, aunque sea una labor repetitiva y cansada, la ilusión de saber más y de aprender nuevas técnicas, supera cualquier tipo de impedimentos y anima a la persona a seguir ensayando y ensayando.

Luego está la motivación extrínseca, que es la que se produce cuando te interesa la recompensa que vas a tener por unas determinadas acciones, como por ejemplo cuando un niño estudia matemáticas y no le gustan nada, sólo pretende aprobar la asignatura para que sus padres no le regañen, pero en realidad, no tiene la propia satisfacción que podría tener por el echo de aprender cosas nuevas.

En la motivación influye la disposición, la actitud del alumno hacia la adquisición de nuevos aprendizajes. El estado de ánimo, que a su vez depende de las circunstancias y situaciones en las que se encuentra su contexto. Algo también muy importante es el autoconcepto que el niño tiene de si mismo; si este es elevado el niño va a estar muy motivado, porque se va a creer capaz de lograr lo que se proponga, mientras que si no tiene confianza en sus propias capacidades, no va a intentarlo siquiera, al no alcanzar ningún logro, progresivamente se encontrará más desmotivado.

Otro factor que influye en la motivación positivamente es si el tema de aprendizaje es actual, de interés, cercano a la realidad y al contexto del niño. Mientras que si el tema no se relaciona con nada que interese, pues no lo encuentra atractivo ni significativo, pues no le presta su atención, y claro está que su motivación tampoco es positiva.

Actualmente no se conoce la perspectiva de los alumnos respecto al valor motivacional de las pautas de actuación requeridas para aumentar el interés y el esfuerzo por aprender.

Se deben tener en cuenta las diferentes metas con que los alumnos afrontan el trabajo escolar, ya que esas metas pueden hacer que lo que es estimulante para unos, no lo sea para otros.

Los alumnos afrontan la actividad escolar preocupados principalmente por una o varias de las siguientes metas:

- Adquirir o incrementar los conocimientos y capacidades.
- Conseguir aprender conocimientos relevantes y útiles para la consecución de objetivos.
- Conseguir la seguridad que da una determinada calificación.
- Conseguir metas externas al propio aprendizaje.
- Incrementar la autoestima.
- Hacer las cosas por el beneficio que reportan, porque se desea para el propio beneficio.
- Para evitar la sensación de rechazo y experimentar la sensación de ser aceptado.

Así, que dependiendo del alumno, de sus metas, de su contexto… se deberá trabajar de un modo u otro. De manera que atendamos a las necesidades individuales, para poder potenciar sus intereses y sus capacidades personales.

viernes, 27 de abril de 2007

Aprendizaje cooperativo

A menudo cuando se habla del aprendizaje colaborativo, se tiende a pensar en el tradicional trabajo en grupo, pero como hemos visto en la lectura de Gerardo Echeíta, 1995, en las sesiones trabajadas en el aula y en el vídeo, este tipo de aprendizaje va mucho más allá.

El aprendizaje cooperativo consiste en que todos los alumnos sean partícipes de su propio aprendizaje, partiendo de su propia motivación. Se trata de un esfuerzo común en el que la “nota” depende de todos, de ahí la necesidad de que existe un compromiso por parte de los componentes. Con ello, se trabaja la necesidad de cumplir los acuerdos que se pauten para el desarrollo del trabajo.

A diferencia de la enseñanza tradicional que se basa en un discurso único del profesor, dirigido a un alumno medio (que no existe) con un ritmo rápido, en el aprendizaje colaborativo tiene un ritmo más lento, pero que pueden seguir todos los alumnos, puesto que son éstos quienes explican al resto de compañeros lo que han investigado acerca de un tema concreto, convirtiéndose en expertos.

Conlleva a un cambio en el rol del profesorado, puesto que las clases siguen una dinámica distinta. Desaparece el papel de represor y y se convierte en un colaborador más, que puede guiar a los alumnos. Se establece una relación de mucho más cordial con el profesorado, se trata al alumno como un adulto y se respeta su opinión.

Para poder trabajar el aprendizaje cooperativo, es necesario dotar a los educadores de nuevas estrategias que superen el modelo tradicional, al igual que exista un acuerdo entre todos los profesionales y trabajar con los alumnos las habilidades sociales para que puedan desenvolverse con el resto de sus compañeros, así como cambiar los esquemas preestablecidos del modelo competitivo e individualista.

Con la cooperación se mejora la convivencia, es una excelente herramienta para favorecer la inclusión y evitar la violencia. Se crean nuevos grupos, que rebasan el grupo de amigos que normalmente se juntan y permite un conocimiento más amplio del resto de la clase.

Por ello, no se trata de una simple actividad en el aula puntual, sino una forma de concebir toda la enseñanza, implica una reestructuración, que implica una dificultades puesto que cambiamos la base en la que se sustenta el sistema tradicional. Por ello, si tantas dificultades hay actualmente en el sistema educativo y en la enseñanza en general, ¿por qué no cambiar a otras perspectivas como es el aprendizaje cooperativo? En vez de tanta queja, tendríamos que ponernos “manos a la obra” y intentar nuevos modelos.

miércoles, 25 de abril de 2007

Los diez mandamientos del aprendizaje


Tal y como se dijo en clase tras la lectura de Ignacio Pedro Municio “Aprendices y maestros”, los verdaderos protagonistas del proceso de enseñanza son los maestros y los del aprendizaje, los alumnos. Pero ¿qué entendemos por aprendizaje?, ¿es una tarea individual?, ¿cómo y cuándo se produce?, ¿qué podemos hacer para fomentarlo, para lograr que sea más significativo?


Podemos definir el aprendizaje como “un cambio relativamente permanente en el conocimiento o en la conducta producido por la experiencia”, Criado, M.J. 2003 (1). Pese a que puede haber aprendizaje únicamente individual, es decir, el aprendiz no necesita de nadie para la adquisición de una serie de conocimientos, lo usual es que el aprendizaje se produzca en interacción con otros, ya sea en un aula, un museo o incluso en un parque.


En el aula la mayoría de los aprendizajes se suelen producir por la acción de un maestro que ha sido formado para ello y, sin embargo, los aprendizajes más significativos son aquellos que se producen entre iguales. ¿A qué se debe esto? Es probable que esto sea así porque los iguales se encuentran en una zona de desarrollo similar, muy próximas entre sí, como explica Vigotsky en su teoría del desarrollo próximo, por lo que los niños más avanzados son capaces e explicar a los menos avanzados de manera que éstos lo entiendan porque ellos mismos pasaron por ese estadio recientemente, mediante el aprendizaje cooperativo entre iguales


Está claro que un profesor nunca podrá estar en una zona de desarrollo próximo equivalente o similar a la de sus alumnos pero esto no impide que pueda ser un docente eficaz y que lo que transmite llegue a ser significativo para sus alumnos. Para lograrlo el autor propone unas tablas de la ley del aprendizaje, que constan de diez mandamientos que se pueden llegar a condensar en dos. Estos mandamientos, dirigidos a los profesores, son calificados pos Claxton como “lo que todos los profesores deberían saber” puesto que evitan que el aprendizaje sea aún más difícil. Por eso, todos aquellos que somos educadores, maestros o psicopedagogos deberíamos tenerlos en cuenta en nuestra práctica diaria, sin olvidar nunca que los verdaderos protagonistas de la escuela no somos nosotros sino nuestros alumnos.



(1) GONZÁLEZ-PÉREZ, J. y CRIADO DEL POZO, M.J. (2003) Psicología de la educación para una enseñanza práctica. Madrid: Editorial CCS.

Enseñar y aprender en el contexto del aula


Al hablar del aula estamos introduciéndonos en aquel entorno en el que los alumnos desarrollan la mayor parte de su aprendizaje académico. Dada las horas que los educandos pasan allí, debemos tener en cuenta como se forma el aula.

El aula es un sistema que se ve influenciado por todos los organismos que lo rodean, por lo que depende de ellos, y a su vez el aula da forma a estos otros organismos. Con esto quiero decir que debe existir una gran cohesión entre lo que el profesor desarrolla y observa dentro de la clase, y lo que el sistema educativo, el centro, la situación económica y política, quieren fomentar en los futuros adultos. Por ello el aula no es un contexto totalmente libre, sino que esta condicionado.

Separándonos un poco de esta influencia externa, debemos estudiar de una forma más cercana al aula toda su complejidad y estructura. Para ello debemos tener en cuenta como presenta Doyle (1983; 1986), que las actividades que desarrollan en el aula profesores y alumnos se caracterizan por la multidimensionalidad (suceden muchas cosas), la simultaneidad (suceden muchas cosas al mismo tiempo), la inmediatez (la rapidez con que suceden), la impredictibilidad (suceden cosas inesperadas y no planificadas), la publicidad (todo lo que hace el profesor y el alumno es público) y la historia (lo que sucede suele ser causa de lo que ocurre en las clases anteriores). Hemos querido destacar esta enumeración de rasgos, para mostrar la gran complejidad que conlleva un contexto determinado y la cantidad de variables que debemos tener en cuenta para controlar el espacio de aprendizaje. Esto nos lleva a cuestionarnos que no podemos obtener unas reglas fijas para desarrollar el aprendizaje ni la enseñanza, sino que debemos amoldarnos a cada situación mediante unas tablas generales que debemos transformar y adaptar a cada momento.

Por otro lado, (según Edwards y Mercer, 1988) debemos diferenciar entre dos contextos del aula. El contexto físico, que son las características espaciales del aula, materiales, equipamientos presentes, etc.; y el contexto mental, que son el conjunto de expectativas, afectos, emociones, motivaciones, intereses, representaciones, etc. construidas por los participantes y compartidas en mayor o menos grado por todos ellos. Muchas veces centramos las adaptaciones en el contexto físico dejando olvidado el contexto mental. Desde nuestro punto de vista pensamos que la motivación y las expectativas algunas veces influyen más que el contexto físico. Si existe un interés grande por aprender y enseñar una determinada cosa, siempre se pueden buscar recursos para alcanzar estos objetivos, aunque no sean los más modernos y actualizados del mercado.

Con todo esto queremos destacar que cada situación de enseñanza-aprendizaje es diferente, y por ello debemos estar continuamente innovando y remodelando nuestros procedimientos, aunque finalmente el objetivo final siga siendo enseñar y transmitir una serie de valores y conocimientos, a la vez que ayudamos a los alumnos a pensar por ellos mismos.

Nuevo cuatrimestre

Nos ha costado iniciar este nuevo cuatrimestre, pero por fin lo hacemos, más vale tarde que nunca. Hemos tenido algunos problemas de tipo logístico y el grupo finalmente está formado por:
  • Val Díaz Pescador
  • Silvia Henández Gutiérrez
  • Mercedes Jiménez Meneses

Así que ya no hay excusa para no leernos.

¡Un saludito de las tres!

lunes, 15 de enero de 2007

ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE Y ASESORAMIENTO PSICOPEDÁGOGICO:

Ya que nuestra asignatura se incluye en el plan de estudios de la licenciatura de Psicopedagogía es lógico que nos planteemos qué papel cumpliremos como futuros psicopedagogos en relación con las estrategias de aprendizaje; ¿qué son?, ¿somos nosotros quienes debemos enseñarlas o es una misión de los profesores?, ¿qué tienen que ver con el asesoramiento psicopedagógico?. Para responderlas nos ayudaremos en el texto de Elena Martín.

Según el Diccionario de la lengua española, una estrategia es un arte, una traza para dirigir un asunto; en el caso que nos concierne, este asunto es el aprendizaje. Martín nos advierte que la enseñanza de estrategias de aprendizaje es una tarea difícil ya que se refieren a procedimientos de alto nivel; las estrategias de aprendizaje deben trabajarse en cada área, a través de los contenidos específicos propios pero desde un enfoque común; lo que exige un cambio en la concepción de los propios docentes, es necesario un cambio en alguno de sus hábitos.

En cuanto a quién debería encargarse de las enseñanzas de estas estrategias, la realidad que presentan los centros es variada. Algunos centros dejan que sean profesionales expertos los que traten este tema, en otros centros cumple esta misión la figura del psicopedagogo. También los tutores se encargan de esto en algunos centros. ¿Pero qué sucede con los docentes? Rara vez son ellos quien se ocupan de este tema, aunque, según la autora, la clave sería incorporar esta enseñanza en su quehacer diario. Para ello es necesaria la coordinación de la práctica docente de distintos profesores para analizar las capacidades y los contenidos de una manera común, aunque, todos sabemos que en la realidad, esto nunca o casi nunca sucede. Este es uno de los hábitos que necesitan cambiarse, como ya comentamos anteriormente.

Entonces, ¿qué tienen que ver las estrategias de aprendizaje con el asesoramiento pedagógico? Consideramos que son los asesores son los encargados de conseguir que esas estrategias, que a menudo, se consideran propias de cada asignatura y excluyentes de las demás, pasen a ser una actuación conjunta del profesorado, ya que esto cumple una doble misión. Por un lado, ayuda a adquirir el hábito de trabajara cooperativamente con otros profesores y por otro, se consigue enfocar la enseñanza de las estrategias de aprendizaje como un trabajo interdisciplinar.