viernes, 27 de abril de 2007

Aprendizaje cooperativo

A menudo cuando se habla del aprendizaje colaborativo, se tiende a pensar en el tradicional trabajo en grupo, pero como hemos visto en la lectura de Gerardo Echeíta, 1995, en las sesiones trabajadas en el aula y en el vídeo, este tipo de aprendizaje va mucho más allá.

El aprendizaje cooperativo consiste en que todos los alumnos sean partícipes de su propio aprendizaje, partiendo de su propia motivación. Se trata de un esfuerzo común en el que la “nota” depende de todos, de ahí la necesidad de que existe un compromiso por parte de los componentes. Con ello, se trabaja la necesidad de cumplir los acuerdos que se pauten para el desarrollo del trabajo.

A diferencia de la enseñanza tradicional que se basa en un discurso único del profesor, dirigido a un alumno medio (que no existe) con un ritmo rápido, en el aprendizaje colaborativo tiene un ritmo más lento, pero que pueden seguir todos los alumnos, puesto que son éstos quienes explican al resto de compañeros lo que han investigado acerca de un tema concreto, convirtiéndose en expertos.

Conlleva a un cambio en el rol del profesorado, puesto que las clases siguen una dinámica distinta. Desaparece el papel de represor y y se convierte en un colaborador más, que puede guiar a los alumnos. Se establece una relación de mucho más cordial con el profesorado, se trata al alumno como un adulto y se respeta su opinión.

Para poder trabajar el aprendizaje cooperativo, es necesario dotar a los educadores de nuevas estrategias que superen el modelo tradicional, al igual que exista un acuerdo entre todos los profesionales y trabajar con los alumnos las habilidades sociales para que puedan desenvolverse con el resto de sus compañeros, así como cambiar los esquemas preestablecidos del modelo competitivo e individualista.

Con la cooperación se mejora la convivencia, es una excelente herramienta para favorecer la inclusión y evitar la violencia. Se crean nuevos grupos, que rebasan el grupo de amigos que normalmente se juntan y permite un conocimiento más amplio del resto de la clase.

Por ello, no se trata de una simple actividad en el aula puntual, sino una forma de concebir toda la enseñanza, implica una reestructuración, que implica una dificultades puesto que cambiamos la base en la que se sustenta el sistema tradicional. Por ello, si tantas dificultades hay actualmente en el sistema educativo y en la enseñanza en general, ¿por qué no cambiar a otras perspectivas como es el aprendizaje cooperativo? En vez de tanta queja, tendríamos que ponernos “manos a la obra” y intentar nuevos modelos.

miércoles, 25 de abril de 2007

Los diez mandamientos del aprendizaje


Tal y como se dijo en clase tras la lectura de Ignacio Pedro Municio “Aprendices y maestros”, los verdaderos protagonistas del proceso de enseñanza son los maestros y los del aprendizaje, los alumnos. Pero ¿qué entendemos por aprendizaje?, ¿es una tarea individual?, ¿cómo y cuándo se produce?, ¿qué podemos hacer para fomentarlo, para lograr que sea más significativo?


Podemos definir el aprendizaje como “un cambio relativamente permanente en el conocimiento o en la conducta producido por la experiencia”, Criado, M.J. 2003 (1). Pese a que puede haber aprendizaje únicamente individual, es decir, el aprendiz no necesita de nadie para la adquisición de una serie de conocimientos, lo usual es que el aprendizaje se produzca en interacción con otros, ya sea en un aula, un museo o incluso en un parque.


En el aula la mayoría de los aprendizajes se suelen producir por la acción de un maestro que ha sido formado para ello y, sin embargo, los aprendizajes más significativos son aquellos que se producen entre iguales. ¿A qué se debe esto? Es probable que esto sea así porque los iguales se encuentran en una zona de desarrollo similar, muy próximas entre sí, como explica Vigotsky en su teoría del desarrollo próximo, por lo que los niños más avanzados son capaces e explicar a los menos avanzados de manera que éstos lo entiendan porque ellos mismos pasaron por ese estadio recientemente, mediante el aprendizaje cooperativo entre iguales


Está claro que un profesor nunca podrá estar en una zona de desarrollo próximo equivalente o similar a la de sus alumnos pero esto no impide que pueda ser un docente eficaz y que lo que transmite llegue a ser significativo para sus alumnos. Para lograrlo el autor propone unas tablas de la ley del aprendizaje, que constan de diez mandamientos que se pueden llegar a condensar en dos. Estos mandamientos, dirigidos a los profesores, son calificados pos Claxton como “lo que todos los profesores deberían saber” puesto que evitan que el aprendizaje sea aún más difícil. Por eso, todos aquellos que somos educadores, maestros o psicopedagogos deberíamos tenerlos en cuenta en nuestra práctica diaria, sin olvidar nunca que los verdaderos protagonistas de la escuela no somos nosotros sino nuestros alumnos.



(1) GONZÁLEZ-PÉREZ, J. y CRIADO DEL POZO, M.J. (2003) Psicología de la educación para una enseñanza práctica. Madrid: Editorial CCS.

Enseñar y aprender en el contexto del aula


Al hablar del aula estamos introduciéndonos en aquel entorno en el que los alumnos desarrollan la mayor parte de su aprendizaje académico. Dada las horas que los educandos pasan allí, debemos tener en cuenta como se forma el aula.

El aula es un sistema que se ve influenciado por todos los organismos que lo rodean, por lo que depende de ellos, y a su vez el aula da forma a estos otros organismos. Con esto quiero decir que debe existir una gran cohesión entre lo que el profesor desarrolla y observa dentro de la clase, y lo que el sistema educativo, el centro, la situación económica y política, quieren fomentar en los futuros adultos. Por ello el aula no es un contexto totalmente libre, sino que esta condicionado.

Separándonos un poco de esta influencia externa, debemos estudiar de una forma más cercana al aula toda su complejidad y estructura. Para ello debemos tener en cuenta como presenta Doyle (1983; 1986), que las actividades que desarrollan en el aula profesores y alumnos se caracterizan por la multidimensionalidad (suceden muchas cosas), la simultaneidad (suceden muchas cosas al mismo tiempo), la inmediatez (la rapidez con que suceden), la impredictibilidad (suceden cosas inesperadas y no planificadas), la publicidad (todo lo que hace el profesor y el alumno es público) y la historia (lo que sucede suele ser causa de lo que ocurre en las clases anteriores). Hemos querido destacar esta enumeración de rasgos, para mostrar la gran complejidad que conlleva un contexto determinado y la cantidad de variables que debemos tener en cuenta para controlar el espacio de aprendizaje. Esto nos lleva a cuestionarnos que no podemos obtener unas reglas fijas para desarrollar el aprendizaje ni la enseñanza, sino que debemos amoldarnos a cada situación mediante unas tablas generales que debemos transformar y adaptar a cada momento.

Por otro lado, (según Edwards y Mercer, 1988) debemos diferenciar entre dos contextos del aula. El contexto físico, que son las características espaciales del aula, materiales, equipamientos presentes, etc.; y el contexto mental, que son el conjunto de expectativas, afectos, emociones, motivaciones, intereses, representaciones, etc. construidas por los participantes y compartidas en mayor o menos grado por todos ellos. Muchas veces centramos las adaptaciones en el contexto físico dejando olvidado el contexto mental. Desde nuestro punto de vista pensamos que la motivación y las expectativas algunas veces influyen más que el contexto físico. Si existe un interés grande por aprender y enseñar una determinada cosa, siempre se pueden buscar recursos para alcanzar estos objetivos, aunque no sean los más modernos y actualizados del mercado.

Con todo esto queremos destacar que cada situación de enseñanza-aprendizaje es diferente, y por ello debemos estar continuamente innovando y remodelando nuestros procedimientos, aunque finalmente el objetivo final siga siendo enseñar y transmitir una serie de valores y conocimientos, a la vez que ayudamos a los alumnos a pensar por ellos mismos.

Nuevo cuatrimestre

Nos ha costado iniciar este nuevo cuatrimestre, pero por fin lo hacemos, más vale tarde que nunca. Hemos tenido algunos problemas de tipo logístico y el grupo finalmente está formado por:
  • Val Díaz Pescador
  • Silvia Henández Gutiérrez
  • Mercedes Jiménez Meneses

Así que ya no hay excusa para no leernos.

¡Un saludito de las tres!